Desde que Will Smith selló su paso en Hollywood con la exitosa película “Día de la independencia” (1996), se convirtió en uno de los actores más rentables.

No por nada es el único actor en la historia en tener ocho películas consecutivas con una recaudación de 100 millones de dólares en EE.UU. y 10 cintas consecutivas en superar los 150 millones de dólares a nivel internacional.

Pese a que son muchos los actores que aspiran en tener un éxito de ese estilo, es uno de los grandes arrepentimientos de Smith, quien explicó que el volverse una persona tan popular no era algo tan satisfactorio como él había imaginado.

“Tenía tanto éxito que comencé a probar la sangre global y mi foco cambió desde mi arte hacia las ganancias”, aseguró el actor durante el Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions, según consignó E! News.

“Quería ganar y ser la más grande estrella de cine, y lo que pasó es que en la época de ‘Wild Wild West’, hubo un momento en el que me encontré promocionando algo porque quería ganar en vez de promocionar algo porque creía en eso”, agregó.

Uno de los ejemplos que dio repetitivamente, es la película “Wild Wild West” (1999), dirigida por Barry Sonnenfeld y que protagonizó junto a Kevin Kline, Salma Hayek y Kenneth Branagh. La cinta, que tuvo malas críticas, recaudó 222.1 millones de dólares sobre un presupuesto de 170 millones de dólares.

Pese a que Smith asegura que el éxito de ésta se debió a un excelente marketing, afirma que esos trucos no funcionarían hoy en día, ya que al inicio de las películas y con ayuda de las redes sociales las personas no se demoran en criticar y dar sus opiniones de si son buenas o malas.

Por lo mismo, confesó que se considera más como una marca que como actor. “Mi carrera se ha basado en vender mis productos a nivel mundial, y ahora está en la mano de los fanáticos. Tengo que estar en sintonía con ellos y no tratar de hacer trucos para que vayan a ver ‘Wild Wild West'”, afirmó.