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Magdalena de Suecia da una probadita a estas pequeñas de cómo es ser princesa

El sueño de muchas niñas es convertirse en una princesa. Los cuentos de hadas crean la magdalenailusión de vivir entre carruajes y castillos, y aunque estas historias parecen de fantasía, hay algunas princesas en la vida real que pueden dar fe de esta vida. Magdalena de Suecia, como una de las princesas más bellas y famosas en el mundo, puede contar de primera mano cómo es vivir con una hermosa tiara en la cabeza. Y queriendo compartir esta experiencia con un grupo de pequeñas de la fundación Min Stora Dag (Mi Gran Día en español), ha organizado la hora del té más encantadora en el Palacio Real de Estocolmo.

Haciendo honor a la ocasión, la Princesa se enfundó en el elegantísimo vestido azul que llevó en el banquete por el Premio Nobel hace unos meses. Y como se trataba de un día de princesas, no podía faltar la tiara Aquamarine Kokoshnik, una de las más vistosas y preciadas del baúl de joyas de la familia real sueca. Según la invitación al evento, junto a una imagen de la princesa se señaló el código de vestimenta debía ser de “príncipes y princesas”, por lo que los lindos vestidos y los smokings fueron la norma.

Viéndose como debe hacerlo una verdadera princesa, Magdalena recibió al grupo de 12 niños de entre 5 y 8 años que han sido diagnosticados con alguna enfermedad grave y que se tomaron un descanso de su tiempo en el hospital pediátrico para asistir a esta cita. “Leonor y yo tuvimos una tarde increíble con los niños de Min Stora Dag. ¡Todos nos vestimos elegantes!”, escribió la Princesa en su cuenta de Facebook en la que compartió algunas imágenes del divertido encuentro.

Y como si visitar un palacio acompañadas de una princesa no fuera suficiente, el tema de cuento de hadas fue llevado a todos los detalles. Desde los deliciosos cupcakes rosas con dibujos de coronas, hasta un distinguido caballero que con vestimenta muy al estilo medieval servía a las pequeñas. Además contaron con la presencia de un cuentacuentos que entretuvo a las niñas, entre quienes se encontraba la Princesa Leonor, también vestida en sus mejores galas.

La Princesa estuvo compartiendo en todo momento con las niñas, que curiosas la observaban para saber cómo es ser una princesa. Sentada en el piso con ellas para disfrutar del cuentacuentos o tomando el té en la mesa, Magdalena estuvo siempre sonriente y pendiente de lo que hacía la pequeña Leonor que este fin de semanacumplió dos años.

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