A prrincipios de los 90 se creía que Wolverine era el único mutante con una capacidad de autosanación tan alta que era inútil utilizar ráfagas del calibre más mortífero, las hojas más afiladas, kilos de explosivos o, incluso, partirlo en dos como Hulk lo hizo en una ocasión.

Pero hay un tipo casi igual de demente que él, con un poder de regeneración tan espeluznante que durante las Guerras Secretas fue utilizado por los zombis como una fuente de alimento eterna, ya que después de cada gajo de masa encefálica que devoraban volvía a su estado natural horas después.

Se trata de Deadpool, Wade Winston Wilson, un antihéroe de la casa Marvel Comics con una sanguinaria historia de vida y una personalidad irreverente, la cual será llevada a la pantalla grande el 12 de febrero. El filme, dirigido por Tim Miller y protagonizado por Ryan Reynolds, promete ser un festín tan violento que, según su creador, Rob Liefeld, parece ser obra del desquiciado de Quentin Tarantino, pues así fue concebido el personaje desde su primera aparición.