Vicente Fernández llevó su música a sus seguidores, que por 56 años lo han seguido a lo largo de su carrera. El Estadio Azteca fue testigo de un concierto de casi cuatro horas, en el que interpretó más de 45 canciones; además de un dueto con Alejandro Fernández.

Durante la memorable velada titulada Adiós a un grande, Don Chente mostró su buen humor y  manera directa de hablar, que de repente lo puso en la mira de sus hijos, que lo veían sentados en la primera fila.

Al concierto, celebrado la noche del sábado, asistieron Edith Márquez, Maluma; el ex gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, Maribel Guardia y su hijo Julián; además de toda la familia Fernández, encabezada por Doña Cuquita.

Te dejamos algunos de los momentos de la noche, en la que Vicente Fernández se “peleó” con sus trajes de charro, trapezó en momentos, se puso alegre con su cogñac, bailó, pero sobre todo, agradeció con lágrimas el apoyo incondicional de su público.

– “Más de 56 años gozando del cariño de ustedes, y hoy (sábado) es el último día, y se que mis hijos se preocupan, per no es justo que yo me tome unas cuantas copitas para recordar tantos años de dicha y de cariño que ustedes me dieron (voz entrecortada)”.

– “Quiero agradecer a mis músicos. ¡Uy!, ya no sé ni cuántos son, son tantos y siempre había cantado con 11 y ahora son…un chingo”.

– “Hacemos la despedida en el estadio que lleva el nombre de los indios que nos defendieron en la historia mexicana…bueno, no sé si de la historia mexicana, pero yo creo que sí. El prestar un Estadio Azteca para un idiota como yo, para que se despida de su carrera…es muy bonito”.

– Cuando terminó de cantar Aprendiendo a volar dijo: “¿No se han llenado?, me dan permiso de ir a cambiarme este pinche pantalón y este traje, porque estaba tan gordo; además tuve tantas enfermedades en estos tres años, que estaba tan gordo que los trajes no me quedaban y los mandé a arreglar pero ahora me quedan chicos…digo grandes (risas), me dan permiso para que toque el mariachi dos o tres canciones”, y salió del escenario.

– “Hay una cosa que no se compra ni con todo el oro del mundo, y eso ustedes siempre me lo han regalado, sin que tenga que ponerles una pistola en la cabeza. Eso -precisamente- es lo único que a mi me gustaría dejarles de herencia a mis hijos, para que el día que Dios me recoja digan con humildad: ‘Somos hijos de aquel señor que tuvo dos grandes vicios, el primero trabajar mucho para darnos lo que no tuvo en su infancia, y segundo querer morirse en un escenario, tan sólo para llevarse a la tumba lo que más quiso en esta vida: su presencia, cariño, respeto y sus aplausos (lágrimas)’”.

– “Alejandro Fernández va a cantar sólo cuatro canciones, porque es mi despedida, no es su debut; así que aquí está el más pequeño de mis potrillos… Alejandro Fernández”.

– “No lloro baboso, es que se están orinando las niñas de mis ojos”.

“Hay un tipo que va para lanzarse a la candidatura (mueve la cabeza de un lado a otro), y yo digo, que el día que me lo encuentre, le voy a escupir a la cara, mentar la madre y le voy a decir todo lo que nunca le han dicho en su mendiga vida… viene muchachos”, e inició el tema Los mandados.

“Crucé el río grande nadando, sin importarme dos reales. Me echó la migra pa’ fuera y fui a caer a Nogales. Entré por otras fronteras y que me avientan pa’ Juárez. De ahí me fui a Tamaulipas y me colé por Laredo, Me disfracé de gabachoY me pinté el pelo güero y como no hablaba inglés que me retacha ese hijo de puta de nuevo (ovaciones)”, cantó Vicente.

Palabras de Alejandro Fernández

“Estoy muy emocionado, es un momento histórico y gracias papá por dejar este legado a todos; también por formar parte de tu historia, te prometo y te juro que jamás dejaré morir la música mexicana, sin dejar el alma y corazón, la llevaré por todo el mundo», dijo Alejandro.